Puedo verte.
No me grites, susúrrralo al oído.
No me beses, acaricia mi rostro.
No me hables, limítate a escucharme.
No me abraces, cógeme la mano.
No me quieras, ámame.
Trátame como si fuera cristal, como si fuera a romperme, sabes que soy sensible.
Que veo más allá de tus ojos, siento como sientes.
No necesito mentiras, ni lágrimas hoy en día, necesito que me abras la puerta del coche, que me lleves el desayuno a la cama, que me cojas la mano en el cine, que no me mires si no que me admires, que me digas: ¡Esta noche estás preciosa! Pero no solo una noche si no todas las noches de mi vida.
Que me sonrías, que me animes, y sé que no es mucho pedir.
Por que yo seré para tí, y tú, serás para mí.
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